viernes, 23 de mayo de 2008

En bici por Pamplona




El viernes cumplí un sueño de esos que tenía escondidos. Tuve que ir al centro a buscar un papel y le pedí la bici prestada a Oshrit. En un primer momento estuve un poco nerviosa... ¡hacía tanto que no montaba bicicleta! Pero después de recorrer dos cuadras ya me sentí muy cómoda. Pude disfrutar del aire fresco, conocer calles que no había visto antes y hacer un poco de ejercicio. Valoré esta experiencia, sobre todo desde la óptica de la melancolía que ya empieza a llenarlo todo.
En la noche pasaron por la Av Plaza Norte, frente a la casa, un grupo de vecinos tocando con sus instrumentos la melodía de "uno de enero, dos de febrero, tres de marzo..." -la que le da título a este blog-. Estaban anunciando que el sábado sería el día de Barañáin, una oportunidad para montar las mismas fiestas de siempre.
Estuvimos viéndolos por la ventana, hasta que Armando soltó un comentario de los suyos:
-De verdad que esta gente es feliz. Se la pasan bien. El problema lo tenemos nosotros, que no sabemos vivir tranquilos.
Es verdad. Cuánta falta nos hace el caos.

*En las fotos, los chicos que van tocando melodías; los que van anunciando las fiestas, y los gigantes ¡mis preferidos!

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