Ayer nos fuimos a Lourdes, "enganchados" en una peregrinación de la Parroquia. Sin duda, es un sitio santo. Acuden miles y miles de personas. La lluvia no detiene el entusiasmo de quienes rezan con fe desbordante a la espera de sus propios milagros. El día terminó con la Bendición del Santísimo en la Basílica de San Pío X. Qué ambientazo: gente de todas partes, nosotros mismos -todos tan distintos-, poniendo en manos de la Virgen nuestras intenciones.
Como con los niños nos dejaban entrar a la gruta sin hacer la fila, aproveché para entrar una segunda vez cuando Ale se despertó. La hice tocar las paredes y al salir, le pedí que le tirara un beso a la Virgen. Alejandra tiró un beso como si nada, ¡es la primera vez que lo hace! Y luego, en brazos de Mónica volvió a hacerlo frente a la Eucaristía.
Y en este loco día de primeras veces, una cosa más: en el autobús de vuelta, mientras conversábamos agotados, Alejandra soltó una palabrita: dijo PAPÁ.
PD. En la foto, la familia alternativa que constituimos "los peregrinos" (la Virgen se ve al "lado" de mi cabeza).
3 comentarios:
¡Qué bonito viaje! Certifico todo lo que cuentas.
¡Fue un viaje precioso!
Y fue emocionante escuchar a Alejandra decir "papá".
Te enviaré ahora mismo por mail algunas fotos.
Besos.
ahhh.... qué lindo!!...estuvimos presente en espíritu.
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