Mi cumpleaños fue
una pasada. Armando y Ale me dieron dos regalos buenísimos al despertar. Vinieron muchos de mis amigos a celebrar "mis treinta" y la verdad es que no me dio ni tiempo de ponerme melancólica.
Armando se dispuso del todo para sorprenderme con sus regalos; Alejandra lució con alegría "el primer cumpleaños de mamá"; no me sobraron salchichas, ni pedazos de pan para el resto de la semana; tuve unas velitas del número "30"; me sentí amiga de cada una de las personas que vinieron a casa, inmensamente afortunada de querer bien a tanta gente.
En la mañana, hicimos un recuento tonto de lo bueno que había sido este año. Desde mi cumple del año pasado, que celebramos con tres amigos venezolanos en un bar, hasta hoy. Los treinta han venido desbordantes, hasta el punto de que todavía soy
joven en España. Alejandra ha sido el mejor regalo para mí, y creo que para muchos. Porque la coincidencia de mi cumple, su nacimiento y el milagrazo de ganarle a Italia en el mismo año no es casualidad.
*En la foto: cada vez somos más disputándonos las velitas.
1 comentario:
Felicidades una vez más. Y gracias por permitirme compartir con vosotros ese día tan especial.
Un abrazo muy, muy fuerte!
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