Mi hija se despierta unos días contenta y unos días muy brava. Los días que se despierta contenta, inicia un concierto
teteteteté, tatatatataaaaaá, ...,
teteteeeeeé, y así puede durar hasta media hora. Los días de furia nos despierta con un grito o un llanto: el aviso de que será un día largo.
Pero hay algo que no varía. Todas las mañanas mi hija se despierta con la melena en su mayor estado de rebeldía. Armando, que le pone sobrenombre a todo, le ha puesto el suyo al pelo de Ale en esta modalidad: la llamarada. Mírenla y opinen.
2 comentarios:
A su lado, la antorcha humana lleva las de perder...
Jajajajaja, muy buena! Creo que Armando ha acertado!
Abrazos!!!
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