jueves, 12 de febrero de 2009

Besos para mamá


Alejandra aprendió, ya hace muchos meses, a tirar besos. La primera versión fue así, al aire, en Pamplona. Luego, en Madrid, aprendió a ponerse la mano sobre los labios y "lanzarlos" a la gente. Aquí en Caracas ha aprendido a controlarlos y ya no tiene que prepararse tanto para producir el efecto.
Ayer, jugando con unos animalitos de plástico muy pequeñitos la invité a que me imitara. Le di un besito a cada animalito y ella se los fue acercando uno por uno a la boca y le dio un besito a cada cual. Me pareció el momento indicado para pedirle uno para mí.
Le di un beso en la mejilla y le puse la mía muy cerca de su boca para que me imitara. Respuesta: un "no, no, no" verbal, acompañado con el movimiento propio de cabeza. La verdad es que me dio mucha risa su rotunda negativa.
Hoy, al despertar, nos acostamos un rato en la cama mientras ella se tomaba su vasito de leche. Volví a pedirle un beso, acerqué mi mejilla y después de pensarlo unos segundos, ¡me lo dio! Aunque volví a insistir, pidiéndole más, no lo conseguí... Hoy me paso el día pensando en el primero y único beso de mi hija.

1 comentario:

Raymunde dijo...

Pero qué guapa está vuestra hijita!!! Y sigue siendo difícilmente manejable, jajajaja!

Se os echa de menos por Pamplona.

Un abrazo muy fuerte a los 3!!!