viernes, 18 de mayo de 2007

Todo es verdad


Han pasado ya cinco meses desde concebimos a nuestro bebé. Han pasado unos pocos menos desde que nos enteramos y tan sólo tres desde que estamos en Pamplona. Hemos sabido que quien habita en mi viente es Alejandra, porque se ha dejado ver en la "ecografía" y porque recurrentemente brinda para hacerse conocer. Las cosas van muy bien. Mi esposo espera con una ilusión increíble el nacimiento de la segunda mujer de su casa, y le habla a todo momento a Alenjandra, quien -segura estoy- ya ha hecho una conexión especial con su papá.
La distancia ha sido muy particular. Yo no he parado de extrañar cada pequeño detalle de mi vida en Caracas, pero en general hemos podido vivir una experiencia maravillosa de acompañarnos y querernos. Parece tontería, pero estando los dos solos (y alejandra calladita, en la barriga) la pasamos muy bien. Nos reímos como locos, de cualquier cosa que recordamos o que se nos ocurre. Consentimos a Alejandra en la barriga, sin pudor, sin pena. Y nos apoyamos en silencio cuando hace falta, con paciencia, que aquí sale de sobra, y con amor.
Esperar un bebé es tal cual como lo dice la gente. No hay nada de falsedad, o de romanticismo, o de fantasía en las crónicas de los futuros padres primerizos. Todo es verdad.

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