jueves, 28 de agosto de 2008

Los ganchos (las perchas)


Desde algún sitio nos observa un grupo importante de ganchos para colgar la ropa de Alejandra. Están aquí, en casa, o en la casa de mi mamá. Yo digo que están allá porque estoy segura de que ella no me los dio. Ella dice que están aquí, porque asegura que yo me los traje. Yo busco en secreto en todos los clóset de su casa. Ella, discreta, se asoma en la maleta del carro, en los gabinetes de la cocina.
El asunto es que ellos deben sonreírse cada vez que nuestra mirada pasa sobre el sitio donde están y no los vemos. Por están en algún sitio. Ni siquiera escondidos, sólo están allí, imperceptibles.
Mientras tanto, los vestidos de Ale siguen amontonados en el armario que trae su cuna.